martes, 13 de marzo de 2012

LA SILLA VACIA DE JAVIER ARENA


OPINIÓN
La silla vacía de Javier Arenas
Marcello

Pronto ha vestido Javier Arenas la piel del “oso” Griñán antes de cazarlo en las justas electorales andaluzas de los “idus de marzo”. Y, dándose por seguro ganador, ha renunciado al debate electoral que le ofrecía la televisión autonómica andaluza que el PP del sur considera manipulada por el PSOE, como diciendo que en ese debate a tres él –PP, PSOE e IU- no tenía nada que ganar y sí mucho que perder. Lo que no deja de ser algo sorprendente en un jefe de la oposición una vez que el que más tiene que perder es el dueño vigente del poder. Es decir, en este caso, Griñán, estando además como está en franca debilidad por el paro, la corrupción y las luchas intestinas en el seno del PSOE andaluz.

Para colmo del error, Arenas dice que él no acepta un debate en TVE, lo que no hace muchos meses fue rechazado por Rajoy durante las elecciones generales del 20-N, con el repetido argumento de que el PSOE controlaba esa televisión. El resultado final fue que en la silla vacía de Arenas se sentó Griñán y desde ella departió con su monólogo triunfalista con el que puede ser su futuro compañero en el Gobierno andaluz, el líder de IU en Andalucía, Diego Valderas.

Veremos cómo le sale a Arenas esta ausencia en la que Griñán ha sacado pecho a sus anchas sin contestación a fondo sobre todo en políticas económicas y sociales –donde están cerca de IU-, amén de la corrupción. Pensarán en el PP que de aquí al 25 de marzo lo del debate se habrá olvidado y que la partida se juega en el tramo final de la campaña electoral, donde por otra parte han irrumpido manifestaciones y movilizaciones sindicales a favor de la huelga general del 29 de marzo, lo que podría movilizar el voto de la izquierda que parecía adormecido en el territorio andaluz.

Pero ya son muchos en el PP –y en el gobierno de Rajoy- los que dudan de la eficacia de la silla vacía de Arenas en este debate, y los que creen que el candidato popular debió de participar en vez de escurrir el bulto y salir huyendo escudado en unas excusas que no ha convencido a casi nadie, aquí incluidos los dirigentes y los militantes del PP.

Dicen en el cuartel general sevillano de Arenas que las encuestas que maneja el PP en Andalucía son mucho mejores que las otras que ha publicado el CIS y varios medios de comunicación, en las que los populares figuran al borde de la mayoría absoluta porque, según el PP sevillano, existe bastante voto oculto del PP que no se pronuncia como tal en las encuestas y que, por ello, creen tener al día de hoy la mayoría absoluta. Y que, por lo tanto, no había que correr riesgo alguno como suponía la participación de Arenas en el debate televisivo.

Veremos que ocurre pero la “espantá” de Arenas y el discurso que emana de todas las encuestas de que la izquierda podría volver a gobernar en Andalucía le ha dado al PSOE y a IU ánimos para seguir y la ilusión de que el partido no está perdido sino que aún les queda el segundo tiempo por jugar. Además, esta es la última oportunidad de Arenas para presidir Andalucía y liderar el PP en el sur, incluso aunque gane las elecciones, si finalmente no logra gobernar. Por ello sorprende que un político tan experimentado y conocedor de la realidad andaluza como es Javier Arenas se haya podido equivocar con semejante ausencia y decisión. Cabe pensar que los estrategas electorales del PP –que andan sobrados de toda clase de medallas en las últimas citas electorales- como Arriola y compañía hayan sido los promotores de la estrategia de la silla vacía, pero incluso así democráticamente semejante opción no es presentable porque Arenas no sólo tenía una cita en el debate con Griñán y con Valderas sino con el conjunto del pueblo andaluz.

Leido en Republica.com
Recomendado por Isidoro Herrera Gallardo

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