.El invierno y el verano son más extremos en el Alto Genal que en el Bajo Genal, o sea, inviernos más fríos y veranos más calurosos. Esto afecta a las heladas que son más frecuentes en el Alto Genal generalmente en zonas de sombra, igual ocurre con la nieve.
La temperatura media del alto Genal ronda los 15 °C siendo más alta en el bajo Genal.
Las precipitaciones anuales superan en casi todos los puntos los 1000 l/m2 (comparable a las de la Sierra de Grazalema).
Las diferentes catas arqueológicas corroboran la presencia humana ininterrumpida en el Valle del Genal, desde la Edad del Cobre hasta nuestros días. La muestra más genuina de las distintas secuencias históricas dejadas por el hombre en este primer periodo la encontramos en los megalitos o monumentos funerarios, conocidos de todos como dólmenes; uno de los mejor conservados podemos visitarlo en las cercanías del puerto de Encinas Borrachas, en la carretera A-369, a pocos kilómetros de Atajate en dirección a Ronda. Otros enterramientos megalíticos catalogados, aunque difíciles de localizar, son el de Montero y la Mimbre, no muy lejanos de Encinas Borrachas. Las primeras sociedades humanas organizadas que se asentaron en el valle corresponden a la Edad del Hierro. De este periodo queda constancia arqueológica perteneciente a comunidades fenicias y tartesias; para algunos historiadores a esta época histórica se retrotraen la explotación de minas de oro y hierro en Sierra Bermeja. La posterior ocupación romana no debió de tener gran incidencia en las costumbres y modo de vida de los habitantes del Valle del Genal; lo quebrado del terreno y las tierras poco aptas para el cultivo fueron sin duda factores decisivos para un cierto aislamiento del valle con respecto a otras zonas más romanizadas de la Serranía como el Valle del Guadiaro y la Meseta de Ronda.
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