miércoles, 23 de marzo de 2011
FUNDACIÓN DEL P S O E
El PSOE se fundó clandestinamente en la madrileña taberna Casa Labra de Madrid, el 2 de mayo de 1879, en torno a un núcleo de intelectuales y obreros, fundamentalmente tipógrafos, encabezados por Pablo Iglesias, con lo que es el partido político más antiguo de España con funcionamiento ininterrumpido hasta la actualidad.
El primer programa del nuevo partido político fue aprobado en una asamblea de 40 personas, el 20 de julio de ese mismo año. Como partido obrero y de clase, el PSOE se adhirió a la II Internacional, que agrupaba a los partidos socialistas marxistas hasta su colapso ante la Primera Guerra Mundial.
El PSOE fue el segundo partido socialista y obrero que se fundó en el mundo (sólo el Partido Socialdemócrata de Alemania, SPD, se había fundado con anterioridad), celebrando su primer congreso en Barcelona en 1888. En el Segundo Congreso del partido, en 1890, se decide la paraticipación en las elecciones, aunque no se logró representación parlamentaria hasta el 8 de mayo de 1910, cuando la Conjunción Republicano-Socialista permitió a Pablo Iglesias obtener 40.899 sufragios y el título de diputado a Cortes. Fue reelegido en 1914, en vísperas del asesinato de Jean Jaurés, con 21.956 sufragios, esta vez presentándose por Oviedo. El 9 de abril de 1916 repitió escaño con 18.054 sufragios. No sería hasta el 24 de febrero de 1918 tras la huelga general de 1917 que Iglesias, que obtuvo 27.694 votos, estuvo acompañado por primera vez por otros socialistas: Julián Besteiro, Andrés Saborit, Francisco Largo Caballero, Daniel Anguiano e Indalecio Prieto, miembros encarcelados del comité de huelga.
Casa del Pueblo de La Arboleda (Vizcaya), fundada en 1888.
[editar] La crisis de las Internacionales
Como todos los partidos socialistas marxistas europeos, el PSOE se vio sacudido por la llamada crisis de las Internacionales, que separó a comunistas y socialistas en partidos diferentes y enfrentados entre sí. En 1919, el Congreso del PSOE estudió la posibilidad de abandonar la II Internacional (socialista) e integrarse en nueva Internacional Comunista, o III Internacional, liderada por el Partido Comunista de la Unión Soviética.
Ante la división existente entre los delegados, el Congreso acordó esperar a la siguiente reunión de la II Internacional para tomar una decisión. Disconforme con la decisión, la Federación de Juventudes Socialistas, rama juvenil que aglutinaba a los elementos más radicales del partido, decidió escindirse del PSOE, adherirse a la III Internacional y constituir su sección española con el nombre de Partido Comunista Español, en 1920.
Ese mismo año, un nuevo Congreso Extraordinario aprobaba el ingreso condicionado del PSOE en la III Internacional, y resolvía enviar una delegación formada por Fernando de los Ríos y Daniel Anguiano a la Unión Soviética, para tantear el terreno. A su vuelta, De los Ríos desaconsejó el sometimiento del PSOE a la órbita comunista, mientras Anguiano se pronunció a favor. La propia Internacional Comunista, por su parte, rechazó las condiciones del PSOE para su ingreso, y le urgió a aceptar las 21 Condiciones estándar. En este contexto, el Partido Socialista acordó, en un tercer Congreso Extraordinario, mantenerse al margen de la III Internacional.
El sector minoritario (en el que se encontraba la nueva Federación Nacional de Juventudes Socialistas), partidario de ingresar sin dilaciones en el Komintern, anunció su escisión del PSOE y la fundación del Partido Comunista Obrero Español, que se unió con el Partido Comunista Español en el Partido Comunista de España, único partido español adherido al Komintern en 1921.
[editar] La Dictadura de Primo de Rivera y la II República
El PSOE fue el único partido al que se le permitió permanecer en la legalidad durante la dictadura del General Miguel Primo de Rivera, pues aunque Pablo Iglesias firmó el 13 de septiembre de 1923 el manifiesto contra la dictadura, como presidente del partido y de la Unión General de Trabajaodres, se produjo una división en el seno del mismo ante la actitud que debía mantenerse frente al régimen militar. Por un lado Largo Caballero y Saborit eran partidarios de una cierta colaboración para permitir el funcionamiento del sindicato, mientras que Indalecio Prieto y Fernando de los Ríos eran contrarios a esa colaboración. La crisis finalizó con la dimisión de la Comisión Ejecutiva de Prieto tras el nombramiento de Largo Caballero como Consejero de Estado de Primo de Rivera.
Tras el fracaso de la dictadura primorriverista, el PSOE acordó, no sin graves tensiones en su seno, colaborar con los grupos republicanos burgueses en la conspiración contra la desacreditada Monarquía de Alfonso XIII. Esa colaboración se concretó en la participación del socialista Largo Caballero en el Pacto de San Sebastián, en el que los grupos de la oposición burguesa a la Corona (republicanos radicales, Acción Republicana, radicales-socialistas, republicanos federales, catalanistas...) acordaron un programa común para derrocar al Rey e instaurar en España un régimen democrático y republicano.
Tras las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, en las que las candidaturas republicanas obtuvieron triunfos contundentes en los principales núcleos urbanos del país (Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Guadalajara, Teruel, Cuenca, "'en una palabra, en todas las demás ciudades de España, salvo cuatro", en expresión del conde de Romanones); la Corona quedó muy debilitada y creció la presión popular a favor de la República. Ello provocó la huida del Rey a Francia y la proclamación de la II República en todo el país, el Comité Provisional republicano se hizo cargo del Gobierno y convocó elecciones a Cortes Constituyentes.
En aquellas Cortes, el PSOE obtuvo 117 diputados, situándose así como la primera minoría de la Cámara; y participó regularmente en los gobiernos republicanos de Manuel Azaña, primero en el gobierno de concentración y posteriormente en coalición con los republicanos de izquierda de Acción Republicana y otros grupos minoritarios. Largo Caballero, Indalecio Prieto y Fernando de los Ríos desempeñaron carteras ministeriales durante el primer bienio de la República. Tras las elecciones de 1933, las fuerzas de la izquierda abandonaron el gobierno y fueron sustituidas por un gobierno minoritario radical, apoyado por la CEDA. A lo largo de esta etapa, conocida como bienio radical-cedista, el PSOE se sumió en una aguda crisis interna que impidió la convocatoria de un congreso extraordinario que dirimiese las diferencias entre los partidarios de Indalecio Prieto (reformistas), Besteiro (marxistas puros) y el presidente de la Comisión Ejecutiva, Largo Caballero (radicales).
Ante el acceso al gobierno de la CEDA, el PSOE acentuó su radicalización y un alejamiento paulatino de las instituciones democráticas. Numerosos e influyentes dirigentes del partido como Largo Caballero o Indalecio Prieto (quien más tarde consideraría aquel episodio uno de los más graves errores del socialismo y de sí mismo) se embarcaron en un movimiento huelguístico-insurreccional que desembocó en la llamada Revolución de 1934, fracasada en prácticamente todo el país, salvo en Cataluña (donde el presidente de la Generalidad Lluís Companys desafió el orden constitucional al proclamar el Estado catalán dentro de una inexistente República Federal Española, lo que supuso su inmediata detención por parte de las Fuerzas Armadas de la República y la suspensión de la autonomía catalana por parte del Gobierno radical) y en Asturias, donde la experiencia revolucionaria sobrevivió varios meses antes de ser aplastadas por las tropas gubernamentales, dirigidas por el general Franco.
A la represión gubernamental de la huelga siguió un incremento en la crispación social y la polarización de las derechas y las izquierdas que ya no se detuvo hasta el estallido de la Guerra Civil. En medio de esa espiral de agitación y creciente violencia, el PSOE se integró en la coalición del Frente Popular, que agrupó a todas las izquierdas (socialistas, radical-socialistas, republicanos de izquierda, comunistas, anarquistas, republicanos catalanes...) y que obtuvo en las elecciones de 1936 una ajustada victoria frente a las fuerzas de la derecha. La vuelta del socialismo al gobierno, sin embargo, no se produjo hasta después de la sublevación militar que dio lugar a la Guerra Civil, cuando Largo Caballero fue nombrado presidente de un gobierno de concentración frentepopulista en sustitución de José Giral el 4 de septiembre de 1936. En el gobierno de la República, los socialistas ocupan seis carteras. El gobierno de Largo Caballero tuvo la tarea de reconstruir el poder del Estado en la zona republicana y crear un ejército que pudiese oponerse a los hasta entonces irresistibles avances de los sublevados.
[editar] E
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario