martes, 19 de julio de 2011

NICETO ALCALÁ ZAMORA


Niceto Alcalá-Zamora y Torres fue un portento intelectual; a la temprana edad de 17 años era licenciado en Derecho y a los 22 años, Letrado del Consejo de Estado.

Al cumplir los 40 años, el cordobés, que ya era conocido como un abogado de gran prestigio, se hizo cargo de la cartera de Fomento en el Gobierno de Manuel García Prieto, marqués de Alhucemas. Era el destino, casi lógico, de un político que durante toda su vida y desde muy joven había hecho gala de sus ideas liberales y monárquicas, lo que le llevó en su juventud a entrar en el Partido Liberal, liderado entonces por figuras tan ilustres como Sagasta y Moret. Sin embargo, era un encargo envenenado, teniendo en cuenta que en 1917, España encontraba dificultades en producir alimentos en cantidad suficiente y la Gran Guerra estaba poniendo en peligro los canales tradicionales de abastecimiento.

Aquel gobierno no sobrevivió ni siquiera un año, pero aún volvería a ser ministro, en este caso de la Guerra con García Prieto en el último Gobierno constitucional de la Monarquía de Alfonso XIII. El Gabinete, como la mayoría de los que se habían formado después de las muertes de Cánovas (1897) y de Sagasta (1903), era inoperante. Cuando se reunieron las Cortes Generales el 23 de mayo de 1923 el hemiciclo estaba formado por 22 agrupaciones distintas: demócratas, liberales, izquierdistas, liberales, liberales agrarios, reformistas, nicetistas, conservadores, ciervistas, mauristas, regionalistas, republicanos, socialistas, unionistas monárquicos, nacionalistas catalanes, nacionalistas vascos, integrantes de la Liga Monárquica Vizcaína, tradicionalistas, católicos, clases mercantiles, agrarios, integristas e independientes. En definitiva, era imposible gobernar.

Niceto Alcalá-Zamora había ocupado distinguidos cargos político-administrativos y se distinguió como orador en las Cortes, desde que fue elegido diputado por La Carolina en 1905. Fue director de Administración Local y subsecretario de Gobernación. También se mantuvo al tanto de la discusión de las mancomunidades, un programa presentado por Canalejas con el fin de solventar el problema de la configuración territorial española. Durante todo este tiempo estuvo al servicio del Partido Liberal del conde de Romanones, pero finalmente se adscribió al Partido Liberal Democrático de Manuel García Prieto y desde entonces, comenzó su carrera ministerial, tanto en Fomento como en Guerra.

Por todo ello, en cuanto el general Miguel Primo de Rivera dio su golpe de Estado e instauró su Dictadura, muchos españoles (incluyendo, al principio, al propio Alcalá-Zamora) acogieron con entusiasmo y cierto alivio el nuevo régimen, pero Alcalá-Zamora fue modificando su postura política hasta convertirse en uno de los más firmes opositores al régimen dictatorial del general Primo de Rivera y de la monarquía alfonsina, principal baluarte de la Dictadura.

Así, el 13 de abril de 1930, cuando el general Primo de Rivera ya había dimitido de su cargo y había sido sustituido por el general Dámaso Berenguer, que tenía el encargo de Alfonso XIII de volver al régimen constitucional de 1876, Alcalá-Zamora pronunció un famoso discurso en el teatro Apolo de Valencia en el que retiró su apoyo y confianza a la monarquía y propugnó una república conservadora y burguesa, apoyada en las clases medias y en los intelectuales.

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